jueves, 21 de abril de 2011

Introducciòn



El microprocesador y la Tarjeta Madre son los logros más sobresalientes del pasado siglo XX. Hace 70 años tal afirmación habría parecido absurda. Pero cada año, el uso de las computadoras con dichos componentes se torna cada vez más el centro de nuestras vidas, forjándose un sitio en el núcleo de una máquina tras otra. Su presencia ha comenzado a cambiar la forma en que percibimos el mundo e incluso a nosotros mismos. Cada vez se hace más difícil pasar por alto el microprocesador y la Tarjeta Madre como otro simple producto en una larga línea de innovaciones tecnológicas.



Ninguna otra invención en la historia se ha diseminado tan aprisa por todo el mundo o ha tocado tan profundamente tantos aspectos de la existencia humana. Hoy existen casi 15,000 millones de microchips de alguna clase en uso (el equivalente de dos computadoras poderosas para cada hombre, mujer y niño del planeta). De cara a esa realidad, ¿quién puede dudar que las computadoras no sólo estén transformando los productos que usamos, sino también nuestra forma de vivir y, por último, la forma en que percibimos la realidad?
 
No obstante que reconocemos la penetración del microprocesador en nuestras vidas, ya estamos creciendo indiferentes a la presencia de esos miles de máquinas diminutas que nos encontramos sin saberlo todos los días. Así que, antes de que se integre de manera demasiado imperceptible en nuestra diaria existencia, es el momento de celebrar al microprocesador y las Tarjeta Madre con la revolución que ha originado, para apreciar el milagro que es en realidad cada uno de esos chips de silicio diminutos y meditar acerca de su significado para nuestras vidas y las de nuestros descendientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario